Ciencia

por Yesua

Sánchez

publicado

el 19/ago/2016

El tiempo, ¿es una ilusión o existe realmente?

¿Cómo podemos describirlo?

El tiempo, precisamos de él para trabajar, estudiar y viajar. Algunos queremos un poco más de él, más segundos en los minutos y más minutos en las horas. En momentos tenemos tiempo de sobra y a veces nuestros actos hacen perder el tiempo de los demás; únicamente los más desafortunados son los que no tienen tiempo para perder el tiempo. Nos preguntamos sobre ¿cuánto de él se necesita para olvidar y cuánto para crecer?, ¿cuánto se necesita para aprender?, ¿cuánto para desarrollar una idea? y sobre todo, ¿cuánto de él se necesita para recuperarse de las heridas del mismo tiempo? Pero veamos, nada de esto nos explica la naturaleza del tiempo, y dichos fenómenos, sólo nos ayudan a entender la vida educada, y medida y razonada, la vida ciudadana que nos pone a bostezar. Pero algo podemos rescatar de todo ello, el tiempo es un indicador, que nos ayuda a organizarnos en la vida como seres humanos y con todas las demás especies.

Por lo tanto, conviene hacerse la idea de que el tiempo es un asunto psicológico; es una sensación de duración. La manera en la que nuestro cuerpo entiende el fenómeno del tiempo difiere de un individuo a otro. Por ejemplo, el tedio de pasar la tarde en la oficina transcurre más lento que pasarlo con la persona amada. Y algunos aseguran que un momento de alta carga simbólica, como la transición a la muerte, puede parecernos el desarrollo de una vida completa. Otros tantos dirían que durante un accidente automovilístico la percepción del tiempo se dilata lo suficiente para tomar una decisión que evite la tragedia.  

Hasta aquí todo bien, pero, ¿qué nos asegura que el tiempo no es una ilusión, y que este quizás no es realmente otra cosa que una percepción?


Puede que sí, que solamente sea una ilusión, pero existen varios métodos para medirlo. El tema puede parecer serio y complicado, pero en realidad no lo es. El tiempo no es más que una medida relativa a algo. Así que por ejemplo, si utilizamos un reloj (y puede ser un reloj arbitrario con cifras arbitrarias, con tal de que las cifras estén espaciadas equidistantemente unas de otras), y tomamos una medida, y después observamos un evento (digamos, el caer de una manzana de un árbol), concluimos que el tiempo transcurre porque durante todo el proceso de medición las manecillas del reloj cambiaron de lugar, conforme caía la manzana.

De este modo, el tiempo se mide en fenómenos periódicos. Cada fase lunar dura de 7 a 8 dias, en épocas previas observar el cielo era cosa importante para  medir el tiempo transcurrido en una semana. Galileo (1564 -1642) apuntando directamente su telescopio al sol (por favor, no lo intenten en casa), observó manchas solares, tomó nota y concluyó que en aproximadamente 365 días (precisamente lo que llamamos un año) la tierra se encontraba en la misma posición, y sobre todo, que el sol era un punto gravitacional que hacía de los planetas una enorme danza galáctica alrededor suyo. Incluso, las vibraciones del espacio nos pueden dar información muy fiable de la edad del Universo (de acuerdo con la Teoría del Big Bang, el tiempo histórico del Universo sería de 14.000 millones de años).


Como vemos, el tiempo no es más que un indicador que señala la separación y demarcación de nuestros actos y los de la naturaleza. A pesar de ello, aún perdura la inquietud sobre por qué el tiempo es percibido de manera distinta en cada uno de nosotros. Al final, siempre, una tarde con la persona amada correrá más rápido que un
 día en la oficina.

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