Ciencia

por Yesua

Sánchez

publicado

el 08/sep/2016

¿Qué tan destructivo es un agujero negro?

¿Qué tan cerca estamos de uno?

Este artículo apareció primero en

Los agujeros negros son lugares fascinantes y de misterio. Nuestro conocimiento sobre la naturaleza de éstos resulta ser una parte infinitesimal del universo de preguntas que orbitan entorno a los agujeros negros. Pero nosotros nos ocuparemos, forzosamente, en el tiempo que disponemos, de esa parte infinitesimal que todavía se pone en duda cierta posibilidad de comprensión general acerca de este fenómeno astronómico. Las leyes de la física predicen su existencia, pero no pueden explicar lo que sucede dentro de uno. Una vez que podamos hacer eso, habremos traspasado los límites de la obra de Albert Einstein y dado el siguiente gran paso en nuestra comprensión del Universo.

En pocas palabras, los agujeros negros son lugares donde la gravedad es tan fuerte que nada puede escapar una vez que un objeto se acerca demasiado. Esto los distingue de todos los demás objetos celestes; lo que hace imposible, en principio para el hombre, todo intento capaz de construir un cohete lo suficientemente fuerte como para escapar, desde su interior, hacia el espacio.

Entonces, como primera premisa, sería importante recordar a todo astronauta curioso que no se acerque demasiado a un agujero negro, o de lo contrario, le tomaría una cantidad infinita de energía para poder alejarse. El límite de no retorno se llama el horizonte de sucesos. Una vez cruzado este umbral invisible se estará en las garras del agujero negro para siempre. Es el equivalente celestial a un tarro de cerveza (fácil de conseguir, pero casi imposible de dejar).


El concepto de agujero negro sigue naturalmente la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein, publicada en 1915. Se afirma que la fuerza del campo gravitatorio de un objeto celeste se determina por la densidad de la materia que contiene: cuanto mayor sea la densidad, mayor es la gravedad.


El dilema es, ¿dónde se detiene este proceso? y ¿qué sucede con un astronauta después de ser arrastrado? En un agujero negro, no hay nada conocido que puede resistir la gravedad inmensa, y nos vemos obligados a creer que la materia es simplemente aplastada fuera de la existencia. Obviamente un ser humano fallecería (sería estirado como una tira de hule) antes de ver, o tocar, la superficie de un agujero.

Por último, los agujeros negros se forman durante el colapso gravitacional de algunas estrellas masivas que caen sobre sí mismas debido a sus propios efectos gravitacionales (es como si el suelo debajo de nuestros pies empezara a "caer" hacia el centro de la Tierra debido a la atracción de su centro), creando una masa tan compacta y masiva, que esta termina "doblando" el espacio-tiempo a su alrededor. Sabemos que existen los llamados agujeros negros super-masivos que contienen millones de masas solares, pero aún no es claro cómo se forman estos gigantes. La mayoría de las galaxias albergan un agujero negro de esta clase , y la Vía Láctea, por supuesto, no es la excepción (si la vida ya te resultaba una experiencia trágica, un agujero negro vive en nuestro interior, y se alimenta de esqueletos de mundos, embriones de astros y fragmentos de lunas).

Ninguna fórmula mágica hará que se detenga. Los agujeros negros son monstruos a medio modelar, sin concluir, compuestos de miles y miles de ingredientes, pero ojo, quien sabe, quizás tal combinación de materiales absorbidos han de resultar la creación de formas aún más perfectas. Por lo tanto, en mera especulación, los agujeros negros son la puerta de un principio sin fin. 

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